sábado, 16 de marzo de 2013

De razones, de miedos...

Cada día, cada instante… siento la necesidad de retroceder unos pasos, mirar hacia atrás por si dejo algo olvidado y echo a correr, cojo impulso y salto… Salto al vacío…
Quizás tengo necesidad de adrenalina, o necesito sentirme viva,  quizás porque al no llevar equipaje tampoco quisiera hacerme con uno, quizás porque es la única manera de dejar escapar las palabras que se ahogan en mi garganta y que me impiden respirar, quizás por miedo a que me duela el alma y no sólo el cuerpo.
Salte o no salte, grite o calle… siempre llevo conmigo el silencio, pero en la escucha. Suelo observar con lupa el mundo que me rodea como si estuviera dentro de una jaula de cristal; a veces grito a la gente, a los objetos, a todo; nunca recibo respuesta más que la del eco de esos sonidos retumbando en mi cabeza y en mi pecho.

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